En el artículo de ayer vimos como España, pese al mal juego en muchos partidos que hizo que se cuestionara a Luis Aragonés, había conseguido clasificarse para la Eurocopa`08 de Austria/Suiza como primera de grupo. Recordemos ahora como fue esta competición:
El sorteo ya volvió a crear dudas en torno a La Roja. El discreto papel hacía 4 años en Portugal (se cayó en la liguilla frente a los anfitriones y Grecia, que fue el inesperadísimo campeón) nos enviaba al bombo 3, lo que suponía un incómodo grupo con los campeones, Suecia (que nos había creado muchos problemas en la clasificación y contaba con un Zlatan Ibrahimovic en el mejor momento de su carrera) y una Rusia que tras muchos años de fracasos había creado de la mano del técnico holandés Guus Hiddink un gran equipo donde destacaba especialmente la revelación europea del momento, Andréi Arshavin, así como un cruce de cuartos con el considerado grupo de la muerte con Italia (vigente Campeón del Mundo) , Francia (que nos dejó fuera en dicho Mundial así como la Euro`00) y una Holanda que era la base del Real Madrid bicampeón de Liga.
Por otro lado, en los diferentes amistosos de preparación el juego ni se acercaba al de los partidos con Dinamarca o Suecia.
Aunque se ganaron todos (Francia, Italia, Perú y EE:UU) en todos se hizo por resultados cortos, lo que en el caso de las 2 últimas reavivó la polémica con la lista, donde (como se preveía desde hacía tiempo) no estarían Raúl o Guti, y si varios jugadores de un Valencia CF que ese año pese a ganar la Copa había sido la sorpresa negativa de la temporada al luchar por la permanencia hasta las últimas jornadas. Tampoco se confiaba en el mallorquinista Dani Güiza pese a haber sido Pichichi con 27 goles (todos de jugada) o en la gran novedad de la lista, el centrocampista del Villarreal Santi Cazorla.
No ayudaba a calmar el ambiente la prensa deportiva, que incluso había anunciado ya al salmantino Vicente Del Bosque (algo que se confirmaría a poco de terminar el torneo) como sustituto de un Luis Aragonés que ya había anunciado que dejaría el cargo de seleccionador después de la Euro. Otros fueron más allá y no disimularon sus preferencias hacia Holanda o la Portugal de un Cristiano Ronaldo que ya entonces sonaba para el Madrid pero que aún tendría que esperar un año más para dejar el Manchester United.
Y en estas circunstancias poco propicias, llegaba el 10 de junio el debut con Rusia. Aunque Arshavin arrastraba una sanción de 2 partidos de la previa, había otros jugadores de calidad como Román Pavliuchenko, y por momentos parecían ser ligeramente superiores.
Sin embargo en apenas 19 minutos era el canterano del Atlético de Madrid Fernando Torres (que venía de hacer una extraordinaria campaña con el Liverpool) el que en una gran jugada ponía en bandeja el 1-0 a David Villa. Este gol hizo mejorar mucho al combinado español (si bien Rusia también tuvo sus ocasiones, con hasta 3 palos a lo largo del partido) y de nuevo el valencianista era el que marcaba al filo del descanso el 2-0.
A lo largo de la segunda parte los de Luis jugaron mucho mejor que en la primera, aunque no fue hasta el 75 cuando de nuevo el de Tuilla conseguía el hat trick que le convertía en máximo goleador del torneo (puesto que ya no soltaría hasta el final) . En el 86 Pavliuchenko consiguió anotar para Rusia tras rematar de cabeza un córner, pero no les sirvió de mucho ya que tras el descuento Cesc Fábregas (que había salido en la segunda parte en sustitución de Torres) el que aprovechaba el rebote de un fallo de Xavi (tras un pase de...Villa) para marcar su primer gol en 27 partidos con España.
Aquel 4-1 era el mejor debut posible, aunque los más agoreros no podían evitar que también en el debut del Mundial de Alemania se había ganado por 4-0 a Ucrania (si bien ese partido se basó más en una gran efectividad a balón parado que a una superioridad real) . Ahora tocaba asegurar el pase a cuartos con Suecia.
De nuevo nuestra Selección se adelantó rápido (en tan solo 14 minutos). Esta vez era Villa el que le devolvía a Torres el regalo del partido anterior. No obstante, este gol pareció despertar a Suecia mientras que España de repente volvía a ser la de la clasificación, y para colmo Carles Puyol se lesionaba teniendo que ser sustituido por Raúl Albiol. A 11 minutos del final de la primera parte Ibrahimovic lograba el empate, y lo que sorprendía es que no fueran ya por delante.
Nada más empezar la reanudación era el delantero interista el que tuvo que ser sustituido, y de nuevo España fue encontrando su juego, pero una y otra vez se iban desperdiciando ocasiones, y ya en el descuento cuando ya todos hacíamos cuentas de las diferentes carambolas de cara a la última jornada, Villa marcaba el 1-2 definitivo (que suponía su cuarto gol en 2 partidos) lo que no solo nos metía en cuartos a falta de un partido sino que, y esto era quizá lo más importante, se había ganado de la misma forma que tantas veces habíamos perdido partidos o eliminatorias.
Esto hizo que contra una Grecia ya eliminada (a la que se ganó por idéntico resultado al partido anterior) jugaran hombres menos habituales como Pepe Reina, Xabi Alonso, Sergio García...aunque esta vez se empezó perdiendo tras hacer posiblemente el peor partido del torneo, 2 estupendos goles de Rubén de la Red (en una de sus únicas 3 oportunidades como internacional antes de su prematura retirada por enfermedad) y Guïza nos dejaron primeros del grupo D con pleno de victorias.
En este partido lo que realmente preocupaba a la prensa y afición españolas era la siempre temida eliminatoria de cuartos. El pésimo inicio de Italia en un grupo C donde Holanda se había paseado (lo que parecía convertirles en los máximos favoritos al título continental) les había dejado con un pie fuera del europeo.
Pero en la última jornada ganaron con facilidad a una Francia (2-0) que confirmaba su declive tras ser los inesperados finalistas del pasado Mundial mientras que una oranje con varios suplentes despejaba cualquier suspicacia derrotando por el mismo tanteo a Rumanía, que pese a no lograr victorias fue un incómodo rival en la lucha por la segunda plaza.
Se repetía la historia de tantos Mundiales y Eurocopas. España hacía un buen juego pero se topaba con una selección que parecía tener siempre la suerte de cara cuando más cerca estaba del abismo. Volvía el pesimismo hasta el punto de circular fotomontajes de prensa con la noticia de una hipotética victoria de la Selección entrenada por Donadoni, a la que no ganábamos en partido oficial desde el lejano 1920.
Otros recurrían a la superstición recordando que el 22 de junio (fecha de la última eliminatoria de cuartos en el Prater de Viena donde se jugaría este esperado choque) era donde se había caído eliminado en los Mundiales de México´86 (Bélgica) y Corea/Japòn`02 (el primero de los 2 anfitriones) y la Eurocopa de Inglaterra`96, ambas veces por penaltys.
Se daba además el curioso hecho de que las 3 eliminatorias anteriores se habían saldado con las sorprendentes derrotas de los que partían como primeros de grupo (Croacia, Portugal y Holanda, derrota esta última frente a Rusia que había sido todo un impacto por haber sido hasta el momento los mejores del torneo), lo que abrió un nuevo debate sobre si se debía o no reservar jugadores pese a estar ya clasificados, algo que supuestamente podía afectar a su rendimiento por estar varios días sin jugar, llegando algunos incluso a atribuir a este hecho la derrota española 2 años antes frente a Francia.
La eliminatoria fue un calco de tantas de cuartos en general y con Italia en particular.
El absoluto dominio español resultaba inútil ante el esperado planteamiento ultradefensivo de la azzurra, que por otro lado tuvo una de las ocasiones más claras del partido en el minuto 60, que Iker Casillas salvó de forma casi milagrosa, lo que le reivindicaba tras ser por primera vez cuestionado tras unas actuaciones no muy afortunadas frente a Rusia y Suecia. Quizá fue en esta segunda parte donde España jugó mejor tras un buen inicio italiano a raiz sobre todo de los arriesgados pero acertados cambios de Luis (Iniesta por Cazorla y Xavi por Cesc). En el minuto 85 fue Guïza el que salió en lugar de un desacertado Torres, y fue el gaditano el que falló casi en el último suspiro. 0-0 y una prórroga donde ambos equipos gozaron de grandes ocasiones sin éxito.
De nuevo los malditos penaltys contra otro de los mejores porteros, Gianluigi Buffon. De nuevo España jugaba como nunca para ¿perder como siempre? No, esa noche de junio era la que marcaría un antes y un después en nuestra historia deportiva y me atrevería a decir que en el fútbol mundial.
24 años después de Francia`84, La Roja volvía a una semifinal (y de paso se tomaba la vendetta por la polémica eliminatoria contra Italia en el Mundial´94, la del codazo de Tassoti). Se desataron las celebraciones en todo el país como si del título se tratara, y de repente todo eran alabanzas para un Luis Aragonés que tan duramente había sido atacado con anterioridad.
Pero todavía no habíamos ganado nada, y nuestro rival de semis, Rusia, poco o nada se parecía a la que habíamos goleado hacía pocas semanas.
Y si los Arshavin y compañía habían subido 2 ó 3 escalones, se podría decir sin miedo a exagerar que España por lo menos 7. Tras una algo aburrida primera parte donde ambas selecciones parecían tener demasiado miedo a perder, hicimos uno de los mejores partidos de nuestra historia, solo comparable a la semifinal con Alemania 2 años después en Sudáfrica. El 0-3 (Xavi, Cesc y Güiza) apenas reflejaba nuestro maravilloso juego en el que suponía el pase a nuestra tercera final europea frente a una Alemania que solo al final pudo ganar 3-2 a la otra revelación de la Eurocopa, Turquía. Pero fue una victoria agridulce debido a la lesión de David Villa en el minuto 34, que no podría jugar dicha final.
De nuevo había debate, esta vez por la delantera. La lesión del ariete asturiano había obligado a Luis a recuperar el 4-1-4-1 que tan buen resultado había dado en algunos partidos de la fase previa, y bastantes periodistas pedían la titularidad de Güiza, que en sus escasas apariciones contaba con 2 goles, uno más que un Torres que no terminaba de jugar como en la Premier League. Pese a todo, el de Fuenlabrada seguiría contando con la absoluta confianza del Sabio.
No se habían sentado apenas los espectadores en el Prater aquel ya mítico 29 de junio de 2008 cuando Alemania contaba con su primera ocasión peligrosa tras un fallo garrafal de Sergio Ramos, y desde ese momento la Mannschaft parecía tener más que dominado el partido ante una Selección Española a la que por momentos le podía la presión y la inexperiencia en este tipo de encuentros.
Daba la impresión de que, como pasara con la Hungría del 54, la Holanda del 74 o más recientemente República Checa en la Euro`96, todo quedaría en un bonito sueño. Pero entonces llegó la primera ocasión española, un remate de cabeza de Torres en el minuto 22 que no pudo terminar un gol pero que ya fue de lo más llamativa por superar en el mismo al defensa del Werder Bremen Per Mertesacker, que era mucho más alto que el.
A partir de ese momento el capitán germano Michael Ballack (que estaba siendo el mejor de su equipo y uno de los mejores del partido) se dedicó más a protestar las decisiones del colegiado italiano Roberto Rosetti que a intentar jugar. Poco a poco España se hizo con el control de la final, y tan solo 10 minutos después de su fallo Fernando, a pase de Xavi Hernández (que sería elegido mejor jugador del torneo tras haber sido muy criticado esa temporada por los aficionados de su club, el FC Barcelona) anotaba un espectacular golazo, quizá el más bonito del campeonato:
En los primeros minutos del segundo tiempo Alemania se hizo con el balón, pero esta vez tampoco supieron aprovechar sus ocasiones y La Roja de nuevo tuvo el control del partido ya hasta el final, y aunque el marcador ya no volvió a moverse, tampoco se sufrió.
Al contrario, en los últimos minutos éramos nosotros los que llegabámos más y mejor a la portería defendida por un Jens Lehmann que se despedía en Viena como internacional absoluto. Sonó el pitido final y España, 44 años después del gol de Marcelino a la URSS, era la Campeona de Europa por segunda vez en su historia, y, al contrario que en la victoria griega 4 años antes que recordarían unos pocos para restarnos méritos, lo había hecho jugando mucho mejor que sus rivales, con un sistema de juego, el tiki-taka, que nos hizo ganarnos la admiración de todo el mundo, y 2 años después conseguimos nuestro mayor éxito en Sudáfrica`10 con nuestro primer Mundial.
Dentro de 7 meses arrancará la Eurocopa`12 en Polonia/Ucrania. Nunca una selección ha hecho el triplete Euro-Mundial-Euro. Pero si alguien es capaz de acabar con esa estadística, esa es la mejor generación de jugadores en la historia del fútbol español. ¡Podemos!
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