Reflexiones deportivas. Hoy: ¿exceso de competiciones?

Hoy se disputó en el Estadio Internacional de Yokohama (Japón) la segunda semifinal de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA o Mundialito entre el desconocido Al-Saad qatarí (Campeón de Asia) y el de Europa, el FC Barcelona.
Como era de esperar, el equipo azulgrana se impuso por un cómodo 0-4 clasificándose para la final del domingo frente al Santos de Neymar. Lamentablemente esto parece ser hoy lo de menos ante la grave lesión de David Villa, que casi con seguridad dejará al ariete asturiano fuera de la próxima Eurocopa.
Hacía ya tiempo que estaba tocado, y hoy su tibia dijo "basta". Es posible que haya llegado el momento de reabrir el debate sobre los muchos partidos que se disputan al año.
Y es que en un año de Eurocopa donde las fechas de Liga van a estar más justas que nunca por la suspensión en agosto de la primera jornada así como la permanente negativa de la LFP a una necesaria reducción a 18 clubes, esta competición parece poco menos que un estorbo para los jugadores. Por no hablar de las fechas FIFA de partidos de Selecciones en fechas tan absurdas como fue aquel España-Italia en vísperas de un Madrid-Barça a doble partido en la Supercopa.
Pero esto no pasa solo en fútbol, sino que en tenis es incluso peor. Hace tiempo que jugadores como Rafa Nadal o Andy Roddick vienen quejándose de los muchos torneos que tienen que disputar en la ATP (salvo Montecarlo, los Masters 1000 son obligatorios para los 10 primeros del ranking), lo que supone que año tras año quede algo descafeinado el que debería ser el título más emocionante, la Copa de Maestros.
Uno de los ejemplos más claros sería el de Novak Djokovic, que tras una impresionante temporada donde ha ganado 3 Grand Slam no pudo pasar del Round Robin tras perder con David Ferrer y Janko Tipsarevic, siendo el Nº2 serbio dicho sea de paso un invitado de última hora tras el abandono por lesión de Andy Murray, algo que (salvo en 2010) viene siendo demasiado habitual en los últimos años.
El actual Nº1 del Mundo tampoco hizo un buen papel en 2010, algo que muchos atribuyeron a que Serbia disputaría (y ganaría) apenas una semana después la final de la Copa Davis contra Francia. Quizá esto fue lo que pasó este año con Nadal, que cayó frente a los futuros finalistas Federer y Tsonga, siendo en los partidos de la Davis con los argentinos Juan Monaco y Juan Martín del Potro donde el manacorí volvió a jugar a su mejor nivel .
Aunque sus logros nos parezcan algo sobrehumano, las Federaciones deben empezar a tener en cuenta que los deportistas también son personas, y tienen un límite.