viernes, 28 de octubre de 2011

Reflexiones deportivas. Hoy: ¿Manzano culpable?

Parecía que por fin el Atlético de Madrid volvía a ser el gran equipo que fue. El fichaje de Radamel Falcao (el más caro de la historia del club) parecía casi amortizado tras 2 exhibiciones goleadoras en el Vicente Calderón frente al Racing y Sporting (sendos 4-0) , así como un 2-0 al siempre incómodo Celtic Glasgow en el debut en la Europa League.
Sin embargo rápidamente han vuelto los problemas con 7 partidos sin ganar, algunos especialmente dolorosos como el 5-0 del FC Barcelona o el 3-0 de ayer mismo frente al Athletic de Bilbao. Y como siempre ocurre en el fútbol español en general y el equipo colchonero en particular, todas las culpas empiezan a recaer en el actual entrenador, Gregorio Manzano.
Hagamos un poco de historia:
A finales de la temporada 86-87, saltaba la noticia de la muerte de nuestro mejor Presidente, Vicente Calderón, todo un jarro de agua fría para aficionados y jugadores. En las elecciones que se convocaron con posterioridad había diferentes candidatos con candidaturas más o menos continuistas con la gestión de Don Vicente:  Enrique Sánchez de León (ex-Ministro de Sanidad con la UCD en el primer Gobierno democrático tras el franquismo), Agustín Cotorruelo (ya Presidente provisional en 1982 tras la inhabilitación de Alfonso Cabeza, su padre y sus tíos habían sido durante muchos años los socios Nº1, 2 y 3 del Atleti) y Salvador Santos Campano (vicepresidente en la primera etapa de Calderón y uno de los impulsores de la exitosa sección de balonmano) .
Pero entonces apareció Jesús Gil, un constructor de El Burgo de Osma (Soria) propietario de la urbanización segoviana Los Ángeles de San Rafael, donde el Atleti acostumbraba desde los 70 a hacer su concentración de pretemporada.
Su intensa campaña electoral (que incluía artículos a toda página en diarios generalistas) el apoyo del locutor de la extinta Antena 3 Radio José María García (en aquel entonces el periodista deportivo más influyente de España) y sobre todo el fichaje del gran jugador del momento, Paolo Futre (que venía de ganar contra todo pronóstico la Copa de Europa con el Oporto frente al Bayern Munich) supusieron su aplastante victoria. Todos soñaban con volver al gran nivel de los 70 tras unas temporadas difíciles (temporadas que curiosamente hoy firmaríamos: quedar frecuentemente entre los 4 primeros, la Copa del Rey en 1985, Supercopa el mismo año frente al Barça y finalistas de la Recopa en 1986 donde no pudimos con un Dinamo de Kiev que era la base de la selección de la URSS) .
La primera decisión de Gil fue el cese como entrenador de Luis Aragonés tras 6 temporadas (salvo algunos meses de la 86-87 donde dejó el cargo por una depresión, siendo sustituido por Vicente Miera, y este a su vez por el ex-jugador rojiblanco Jesús Martínez Jayo) fichando al prestigioso técnico argentino César Luis Menotti, que ya había tenido una primera etapa española no demasiado exitosa en el Barça. Se hicieron grandes fichajes, pero de jugadores cuyo momento ya había pasado, como López Ufarte, Goicoechea, o Marcos Alonso (que ya había estado 3 años en el Atleti para luego vivir sus mejores momentos en el Camp Nou) .
El inicio de temporada fue muy prometedor, destacando especialmente el 1-2 al Barça (partido con suspensión por lluvia incluida cuando el resultado era de empate a un gol) y sobre todo el 0-4 al gran Madrid de la Quinta del Buitre (que lideraría la Liga literalmente de principio a fin) , con un juego basado en el conocido como achique de espacios , que no era ni más ni menos que buscar continuamente el fuera de juego de los rivales. Con el paso de las jornadas nuestros rivales supieron descubrir el punto débil de dicho sistema hasta que ya en la segunda vuelta Menotti fue cesado.
Al argentino le sustituía uno de nuestros más míticos jugadores, José Armando Ufarte. No obstante, Gil ya tenía un acuerdo con José María Maguregui, que no podría ejercer hasta la temporada 88-89 por haber sido ya técnico del Celta de Vigo ese mismo año, y la negativa del primero a que el segundo hiciera las alineaciones del equipo supuso su destitución poco después, terminando la temporada Antonio Briones, siendo la primera de varias etapas de este como entrenador interino.
El malestar que todo esto provocó en la plantilla supuso el adiós por la puerta de atrás de jugadores tan queridos por la hinchada del Manzanares como Quique Ramos, Setién, Landáburu y el capitán del equipo, Arteche.
Desde entonces ha habido casi 50 entrenadores (entre ellos el propio Manzano en la 03-04) y más de 150 jugadores en el Atlético de Madrid. Lo único que no ha cambiado es la presencia en el palco de la familia Gil. ¿Cuando empezará prensa y afición a entender quienes son los verdaderos culpables de nuestra situación?

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