viernes, 7 de diciembre de 2012

Tricampeonato de España en Kiev

Vuelve un año más un clásico de este blog, mi resumen deportivo de un 2012 que está a punto de terminar. Empiezo, como no, con el éxito más destacado de los nuestros, la Eurocopa de Polonia/Ucrania:
España, antes de viajar a la desconocida ciudad polaca de Gniewino para empezar la concentración de la Euro, ya había hecho historia.
Tras muchos años de decepciones, se había conseguido ganar la segunda Eurocopa 44 años después de la primera con aquel golazo de Fernando Torres (entonces en el Liverpool) a Alemania en el Prater de Viena y 2 años después el primer Mundial en Sudáfrica frente a Holanda, donde esta vez fue el albaceteño del FC Barcelona Andrés Iniesta el que pudo redimirse tras una temporada muy irregular por culpa de las lesiones musculares.
Ahora tocaba el reto definitivo para el equipo dirigido por Vicente Del Bosque: encadenar Euro-Mundial-Euro, algo que jamás nadie había hecho. Hasta la fecha el que más cerca se había quedado era la Alemania de Franz Beckenbauer, que perdió en los penaltys del Europeo de Yugoslavia ante la gran sorpresa del torneo, Checoslovaquia. Poco podíamos sospechar que esta tanda (y más concretamente el último en marcar, el centrocampista Antonín Panenka) volvería a estar de actualidad en 2012, pero hablaremos de ello más tarde.
A esta cita, pese a todo, no se llegaba con demasiado optimismo. A la ya conocida baja de David Villa, que pasó casi toda la temporada en blanco por una dura lesión de tibia durante las semifinales del Mundial de Clubes (donde el Barça consiguió frente al Santos de Neymar su segunda victoria en 3 años) se unía la de Carles Puyol apenas un mes antes de empezar.
De golpe habíamos perdido al máximo goleador de la historia de la Selección y a un magnífico defensa que, con su gran remate de cabeza en Durban frente a Alemania, había abierto la puerta de la ya mítica final del Soccer City. En definitiva, 2 de nuestras grandes referencias.
Por otra parte, en la fase previa, aunque habíamos ganado una vez más todos los partidos, el juego no terminaba de alcanzar la brillantez de Austria o Sudáfrica, rozando la derrota ante combinados a priori inferiores como República Checa (2-1 tras ir por detrás en la primera parte) o un 2-3 frente a Escocia donde esta vez fueron los británicos los que casi dan la vuelta a un 0-2.
Los amistosos contra equipos grandes se contaban por derrotas, algunas particularmente dolorosas como el 4-1 de Argentina y el 4-0 de Portugal.
También coleaban los muchos partidos entre Real Madrid y Barça (solo en la 10-11 jugaron la friolera de 5) por las tanganas protagonizadas por los jugadores, en especial la tristemente célebre Supercopa 11-12 (victoria culé por 3-2 tras un 2-2 en la ida) donde el técnico merengue José Mourinho le metió un dedo en el ojo al entonces segundo entrenador de Pep Guardiola Francesc Tito Vilanova.
Los 2 capitanes (Íker Casillas y Xavi Hernández) supieron apagar a tiempo este incendio, pero muchos dudaban de ello hasta el punto de que en un sector de la prensa se extendiera la disparatada teoría de que los Mou, Cristiano...habían organizado todo esto para conseguir dividir a La Roja (término este que empieza a cansar tanto como el de ÑBA, pero ese es otro tema) y así Portugal pudiese ganar el título.
Los amistosos de preparación (con victorias por 0-2 1-4 y 1-0 respectivamente) frente a Serbia, Corea del Sur y China (entrenada esta última por otro español, José Antonio Camacho), no sirvieron para crear conclusiones reales. La pésima planificación del calendario por parte de la RFEF (el primero se disputó ¡solo un día después! de la final de Copa del Rey entre Barça y Athletic de Bilbao) obligó a probar jugadores que no entrarían en la lista definitiva como Adrián López (pichichi español de una Europa League ganada por su equipo, el Atlético de Madrid) o el bético Beñat Etxebarría, una de las revelaciones ligueras del año.
El domingo 10 de junio (exactamente 4 años después del primer partido de 2008 donde goleamos a Rusia) en el Arena Gdansk de Polonia arrancaba para nosotros la Euro`12 contra Italia (entrenada por Cesare Prandelli), a la que no ganábamos en partido oficial desde hacía 92 años (en Austria solo pudimos ganarles por penaltys tras empatar a 0) y además nos había derrotado por 2-1 en un amistoso hacía un año. Su preparación había estado rodeada de escándalos en la Serie A...lo que había pasado también antes de sus 2 últimos Mundiales en 1982 y 2006.
La gran sorpresa de la tarde fue la alineación de Del Bosque: habiendo 3 delanteros de sobrada calidad (Fernando Llorente, el ya mencionado Torres y Álvaro Negredo), ninguno de ellos sería titular, jugando en su lugar un Cesc Fábregas que reconoció más tarde que no se esperaba algo así. El debate sobre la conveniencia o no del falso 9 (táctica habitual del Barça con Leo Messi) ocuparía decenas de páginas en prensa durante todo el torneo, y fue duramente criticada por muchos aficionados en redes sociales como Twitter.
Los primeros minutos hacían arreciar las dudas sobre la Selección Española en general y la titularidad de Fábregas en particular. Aunque, como siempre, dominábamos ampliamente la posesión del balón, no conseguíamos acercarnos al area de la Azzurra, que presionaba con mucho peligro y empezaba a crear ocasiones en la portería defendida por Íker Casillas, siendo Pirlo el que estuvo más cerca de marcar. Solo Iniesta parecía el de siempre, obligando a jugadas como esta que a muchos recordó el clásico anime Oliver y Benji, donde el protagonista sufría un marcaje similar:
Hacía el final de la primera mitad el juego español mejoraba ligeramente, pero el gol seguía sin llegar, siendo el resultado al descanso un 0-0 que daba la impresión de haber sido peor de no ser porque el jugador estrella de los italianos, Mario Balotelli, tampoco estaba demasiado fino.
En la reanudación los nuestros seguían poco a poco recuperando la confianza en si mismos, pero Italia estaba a un nivel como no se recordaba en años, y tras salvar en el minuto 52 Sergio Ramos de forma milagrosa (tras fallar de forma no menos sonada) una gran ocasión de Balotelli 9 minutos después su suplente Antonio Di Natale aprovechaba un genial pase de Andrea Pirlo para poner el 0-1 en el marcador (ninguno imaginábamos entonces que sería la última vez que tendríamos que sacar el balón de nuestra portería). Parecía que se repetía la historia de Sudáfrica, donde perdimos 1-0 contra la modesta Suiza convirtiéndonos así en el primer Campeón del Mundo que había caído en el debut.
Pero cuando aún la hinchada italiana celebraba este gol, era Silva el que dejaba en bandeja a Cesc el empate con el que acabaría el partido. Poco después el centrocampista catalán era sustituido por Fernando Torres, que fue el que más peligro creó para España pero sin poder aprovechar estas ocasiones, lo que a su vez generaba críticas por haber sido convocado tras una temporada con luces y sombras en el Chelsea hasta el punto de que el propio delantero madrileño confesara que se vio fuera de la lista.
Aunque Del Bosque decía estar satisfecho con su experimento del falso 9, 4 días después contra Irlanda (posiblemente la Selección más modesta del Europeo, curiosamente digida por otro italiano, el veterano Giovanni Trapattoni), la titularidad fue para Torres, quien no tardó en reivindicarse con 2 tantos que le hacían empatar con Villa como máximo goleador nacional en la historia de las fases finales de la Eurocopa. Los otros 2 goles de una victoria sin demasiada historia fueron para Silva y...Cesc. La polémica continuaba.
Por otra parte Italia había vuelto a empatar (y gracias) contra la Croacia del futuro fichaje madridista Luka Modric, teniendo los mismos puntos de cara a nuestro enfrentrentamiento directo. El empate nos bastaba para pasar a cuartos, si bien el 0-0 nos dejaba en un segundo lugar que nos condenaba a jugar con los favoritos alemanes ya en semifinales.
A los periodistas italianos no se les escapó un pequeño matiz: el extraño sistema de competición UEFA según el cual con un 1-1 de Croacia y España necesitaban golear para pasar de ronda, y un 2-2 les dejaba definitivamente fuera (algo que ya les había pasado en Portugal`04 con Suecia y Dinamarca), lo que provocaba sospechas de amaño, o como lo llamaban ellos, biscotto, palabra de difícil traducción al castellano que se haría bastante famosa durante los 4 días que pasaron entre uno y otro partido.
Esta vez Del Bosque repitió el once del encuentro anterior (primera y única vez en toda la Euro), intentando, si no repetir el aplastante 4-0 (lo cual era complicado al ser este un rival de más calidad que Eire), al menos poder hacer una buena actuación que hiciera despejar cualquier duda sobre nuestra profesionalidad.
Poco a poco se acumularon los problemas. Los de Slaven Bilic se mostraban completamente superiores a una España que parecía excesivamente relajada ante un resultado que valía a ambos.
Los nervios llegaron cuando en el minuto 36 (la última jornada, como es lógico, estaba unificada) Cassano adelantó a Italia frente a Eire en el Municipal de Poznan, pasando a ser primeros provisionalmente y obligando a los croatas a conseguir un gol...que dejaría fuera en la liguilla a los Vigentes Campeones de Europa y del Mundo repitiendo el histórico fiasco de Francia en Corea/Japón. Nuestra primera parte acabó sin goles tras un posible penalty no pitado de Ramos a Mario Mandzukic.
Aunque en la segunda parte Croacia dejaba más huecos al necesitar el gol, España seguía sin encontrar la fluidez necesaria en los ataques. A los 10 minutos el colegiado alemán Wolfgang Stark le perdonó la segunda amarilla a Darijo Srna (detalle este que suelen obviar los que atribuyen nuestra victoria solo a los 2 penaltys) y 3 después vino el susto: una gran jugada de Modric que dejaba el gol en bandeja al sevillista Ivan Rakitic. Estábamos fuera de Polonia/Ucrania...o eso pensábamos, porque, como dijo Xavi en una ocasión, cuando todo parece perdido, Íker te salva.

Esto hizo que de nuevo Del Bosque decidiera jugar sin delanteros...pero inesperadamente no fue Fábregas el que sustituyó a Torres sino Jesús Navas, que disfrutaba así de sus primeros minutos en una Eurocopa, pasando el canario David Silva a ser falso 9 hasta la sustitución en el 73 por el propio Cesc
El gol podía llegar por cualquiera de los 2 lados, lo que creaba aún más tensión.  De nuevo tuvo que aparecer San Íker, esta vez frente a Ivan Perisic. Otro posible penalty ignorado, esta vez de Sergi Busquets a Vedran Corluka.
Y a solo 2 minutos del final una estupenda jugada de Cesc e Iniesta (MVP del partido, reconocimiento que ya había conseguido frente a Italia) permitió a Navas convertirse por un día en el héroe nacional al anotar el gol de la victoria. Croacia, pese a haber hecho un magnífico partido, caía eliminada por Italia, que sentenciaba en el 90 su partido por medio de Balotelli.
Aunque no terminábamos de alcanzar nuestra mejor versión, éramos primeros de grupo, lo que dejaba las claras la madurez de este gran equipo en este tipo de partidos trabados que hace no tantos años hubiéramos perdido.
Ahora quedaba esperar el rival de cuartos en el grupo D. Todo apuntaba a que sería Inglaterra (que también nos había derrotado en un amistoso en Wembley y cuyo último partido oficial contra ellos se remontaba a "su" Eurocopa en 1996, donde solo pudieron ganarnos por penaltys), sin descartar a uno de los anfitriones, Ucrania.
Pero Suecia, que ya estaba matemáticamente eliminada, reventó todos los pronósticos al derrotar por 2-0 a la renovada Francia de Laurent Blanc, que pese a los fracasos de torneos anteriores estaba considerada una de las grandes tapadas, por lo que tendríamos que jugar contra los bleus en el Donbass Arena de Donetsk (Ucrania), justo lo que queríamos evitar siendo primeros.
Sobrevolaban viejos fantasmas, y es que este era un conjunto al que jamás habíamos podido vencer en enfrentamientos oficiales. Aún era recordada la decepcionante derrota en la eliminatoria de octavos de Alemania`06 que muchos daban por ganada tras una discreta primera fase de los Zidane y compañía, así como la previa de Suecia´92, última vez que España había quedado fuera de una fase final. Había ansias de revancha por todo esto y, por qué no decirlo, por los guiñoles de Canal + Francia, que desde principios de año no paraban de acusar de dopaje a los deportistas españoles:

Como viene siendo habitual en los últimos tiempos contra nosotros, Blanc planteó el partido de una forma mucho más conservadora a lo que aconstumbraba, y este fue posiblemente su gran error. España recuperaba el falso 9, y aunque seguíamos sin hacer un gran fútbol, fuimos completamente superiores, y a los 20 minutos Xabi Alonso nos puso en ventaja.
En la reanudación (donde Torres volvió a sustituir a Fábregas) las ocasiones se sucedían, pero muchas sin peligro por no intentar tirar desde fuera del area. No sería hasta el minuto 91 cuando un penalty a Pedro Rodríguez (que había salido en el 64 en lugar de David Silva) fue lanzado también por Xabi para sentenciar la eliminatoria. Nunca nuestros históricamente temidos cuartos habían sido tan cómodos.
El siguiente cruce era más complicado. Pocos confiaban en que Portugal, pese a contar con uno de los mejores del mundo (Cristiano Ronaldo) pudiera superar el grupo de la muerte con Alemania y Holanda tras haberse clasificado para la Euro en la repesca. La derrota en el primer partido frente a los de Löw por 1-0 parecía confirmarlo. La victoria frente a Dinamarca (3-2 tras empatar estos el 2-0 inicial) tampoco convenció demasiado.
Pero la Oranje firmó una de las peores actuaciones de su historia al perder sus 3 partidos, lo que permitió a los lusos pasar como segundos de grupo a cuartos, donde derrotaron con relativa facilidad a una de las revelaciones de la primera fase, Chequia (1-0, gol de Cristiano).
El hecho de que la Selección de Paulo Bento contase con varios jugadores madridistas como Képler Laveran Pepe, Fabio Coentrao o el propio CR7 hizo que los medios de comunicación vieran este partido casi como un Clásico más ante una España con mayoría culé. Parecía imposible repetir la humillante goleada de Da Luz, pero tampoco se esperaba un partido tan cómodo como el de hacía 2 años en Ciudad del Cabo, donde el 1-0 apenas reflejaba nuestra total superioridad.
De nuevo sorprendió el 11 de Del Bosque. Esta vez si jugaba con delantero, pero no sería Torres o Llorente (que se quedaría sin minutos en el torneo) sino Negredo, que hasta entonces solo había jugado en las postrimerías del decisivo partido contra Croacia.
La primera parte dejó a las claras que aquello, efectivamente, parecía un Clásico, y más concretamente los que se habían visto en los últimos años con Pep y Mourinho.
Portugal, que presionaba mucho, era ligeramente mejor, pero en ninguno de los 2 equipos se veía un verdadero fútbol, habiendo gran dureza por ambas partes, sobre todo la lusa. La gran ocasión española fue para Álvaro Arbeloa, y la portuguesa de Cristiano.
A los 8 minutos de la reanudación Del Bosque hacía el primer cambio: Negredo (que había pasado hasta el momento sin pena ni gloria) por Cesc. De nuevo el controvertido falso 9 en un partido que necesitaba de todo lo contrario, más agresividad atacante.
2 ocasiones seguidas de Hugo Almeida metían el miedo en el cuerpo a los nuestros, y tampoco la salida de Navas por Silva y de Pedro por Xavi (muy por debajo de su buen rendimiento habitual tanto ese día como los anteriores) solucionaban nuestros problemas, mientras que Ronaldo falló 2 faltas y en el 89 tuvo en sus botas el pase a la final con un extraordinario contraataque que le dejaba solo frente a Casillas. Esta vez no hizo falta apelar al "santo" ya que el balón, de forma inexplicable, se fue a las nubes. De esta forma llegábamos a la prórroga.
Aquí Portugal pareció acusar el gran esfuerzo físico que había hecho en los 90 minutos reglamentarios, y España fue completamente superior, pero sin un delantero nos resultaba imposible aprovechar las ocasiones, y, como hace 4 años contra Italia, todo tendría que decidirse por penaltys.
Como entonces, seríamos los primeros en tirar, pero esta vez la tanda empezaba de la peor forma posible, al detener Rui Patricio el lanzamiento de nuestro único especialista de entre los 5 designados, Xabi Alonso. Parecía el fin del sueño que Telecinco (cadena que poseía los derechos de la Eurocopa para España) no paraba de llamar en sus promos no hay dos sin tres.
Entonces, esta vez si, apareció de nuevo San Íker, que paró el tiro de Joao Moutinho. El segundo lanzamiento de los nuestros correspondió a Andrés Iniesta, y esta vez Rui Patricio se tiró al lado equivocado. 1-0. El turno era ahora para Pepe. Aunque Casillas de nuevo acertó por donde iba, esta vez fue imposible de parar. Volvía el empate al marcador.
En el siguiente se repetía la historia en sentido contrario: aunque Rui Patricio supo por donde iba el tiro de Gerard Piqué, nada pudo hacer para evitar el 2-1. En el tercer lanzamiento luso ocurría algo insólito: aunque en un principio le correspondía tirarlo a Bruno Alves, en el último momento Luís Carlos Almeida Nani le convencía de hacerlo él en su lugar.
Esta vez Casillas no pudo ni siquiera ver por donde fue el tiro del extremo del Manchester United. Con el 2-2, la presión era máxima para el siguiente en lanzar por parte del combinado español...Sergio Ramos. El mismo Ramos que aún un mes después generaba chistes de los aficionados por su mediocre lanzamiento en el Madrid-Bayern Munich de semis de la Copa de Europa.
Sin embargo el defensa andaluz no solo quiso tirar esa decisiva pena máxima, sino que además tuvo el increíble valor de tirar a lo Panenka. Esta vez si consiguió acertar volviendo a adelantar a España, 3-2. A continuación ya pudo lanzar por fin Bruno Alves, que parecía demasiado asustado (lo que quizá explicase lo de Nani), algo que se tradujo en un tiro al larguero.
Ahora dependíamos de nosotros mismos para meternos en nuestra tercera final de los últimos 4 torneos. El último en tirar era nada menos que el mismo héroe de 4 años antes en el Prater contra Italia, Cesc. Su disparo, aunque primero dio en el poste derecho, rebotó metiéndose bajo los 3 palos. España volvía a hacer historia ante la desesperación de un Cristiano que, al igual que Fábregas, se había reservado para si mismo un último penalty que no pudo lanzar.

Todo apuntaba a una repetición de la final de hacía 4 años entre España y Alemania, la que también pudo haber sido en el Mundial`10 de no ser por el sorteo. La final en la que la Mannschaft soñaba con la revancha. Pero este Europeo aún tenía reservada una última sorpresa.
Italia, como tantas y tantas veces a lo largo de su historia, después de casi caer eliminada a las primeras de cambio iba de menos a más. Derrotaron también por penaltys a Inglaterra (y también con un penalty a lo Panenka, en este caso de Pirlo) y con un juego ofensivo muy alejado del clásico catenaccio la Azzurra dio un auténtico repaso en semifinales al equipo de Joachim Löw, que al descanso ya iban perdiendo 2-0 con 2 golazos de Balotelli.
En el segundo tiempo la Selección de Prandelli seguía arrollando, pero el marcador no volvería a moverse hasta que ya en el descuento Mesut Ozil acortaba distancias de penalty.
Nuestro rival en la final sería el mismo que en el debut, algo que ya ocurrió en 2004 cuando Grecia derrotó a Portugal. Ahora eran algunos aficionados españoles los que, medio en serio medio en broma, recordaban el biscotto, y es que podía arrebatarnos el Tricampeonato un equipo al que "podíamos" haber dejado fuera y a la que no fuimos capaces de ganar en Gdansk.
Llegó la final del Olímpico de Kiev, y por fin España (que repitió el 11 del debut, con Cesc de falso 9) fue capaz de igualar e incluso superar el extraordinario juego de torneos anteriores. Xavi Hernández volvía a ser el de siempre, y eso influía bastante en el resto del equipo. A los 14 minutos, una estupenda jugada de Iniesta era rematada de cabeza por Silva adelantándonos en el marcador, y 7 minutos después la selección transalpina sufría otro jarro de agua fría al caer lesionado Giorgio Chiellini, saliendo en su lugar Federico Balzaretti.
Aunque Italia parecía por momentos tras el gol estar algo más fuerte (e incluso tenía más el balón) apenas creaba peligro real, y al filo del descanso era Jordi Alba (inmenso todo el torneo) el que tras correr por medio campo ponía el 2-0.
Nada más empezar la segunda parte Prandelli hacía su segundo cambio: Antonio Cassano (que estaba siendo el mejor de los italianos) por Di Natale, quizá intentando que volviera a ser el revulsivo como hacía unas semanas en Polonia. A los 4 minutos saltaba la polémica, al ignorar el árbitro portugués Pedro Proença una clara mano de Leonardo Bonucci en el area, mientras que Casillas tuvo que intervenir de forma magistral ante el mencionado Antonio Di Natale.
Pese a esta ocasión, el 3-0 parecía más cerca que el 2-1, y en el 58 Prandelli arriesgó más de la cuenta al agotar los cambios: Thiago Motta por Riccardo Montolivo. El ex culé y colchonero se lesionó nada más salir, por lo que Italia tendría que jugar durante media hora con 10. Desde ese momento solo hubo un color, el rojo.
A falta de un cuarto de hora, Fernando Torres salió por Fábregas, y no tardó ni 10 minutos en aprovechar la oportunidad al marcar el 3-0 que sentenciaba la final a pase de Xavi, convirtiéndose en el máximo goleador español en fases finales de Eurocopa.
Aún pudo conseguir en el 88 un segundo tanto que le hubiera permitido liderar en solitario la tabla de máximos anotadores (en ese momento empataba a 3 goles con otros 5 jugadores), pero, en un gran alarde de generosidad por su parte, decidió pasarle a su compañero del Chelsea Juan Mata, que acaba de salir en lugar de un inmenso Iniesta.
El canterano del Real Oviedo tampoco falló consiguiendo así un 4-0 que suponía la mayor goleada de la historia de la Eurocopa. Además, la única vez que Italia había perdido antes una final en tiempo reglamentario había sido el Mundial de México`70 ante una Brasil considerada por muchos el mejor equipo de la historia, lo cual decía todo de España.
En el descuento estuvo a punto de llegar la manita (taconazo de Ramos), momento en que Íker pidió a Proença que pitara ya el final al considerar que aquellos 3 minutos de prolongación eran una humillación excesiva para una Selección Tetracampeona del Mundo. Este le hizo caso y por fin conseguimos el histórico Triplete que nunca nadie había hecho en la historia del fútbol. Una hazaña que Cesc, en otro gesto emotivo, dedicó a los desaparecidos Antonio Puerta, Dani Jarque, Miki Roqué y Manolo Preciado.
Andrés Iniesta fue elegido MVP de la final y del Europeo, mientras que Torres ganaba la Bota de Oro al haber hecho las mismas asistencias que Mario Gómez pero habiendo jugado menos minutos (189 del madrileño por 282 del alemán) .

En marzo tendremos otra cita importante. Tras el empate contra Francia en el Vicente Calderón, nos jugamos en Saint-Denis el poder defender nuestra estrella de Campeones Mundiales en Brasil`14. Pero no me cabe duda que aún queda mucho por disfrutar de este equipo de leyenda y, confío en que, esta vez si, conseguiremos ganar. Sin olvidar, por supuesto, la Copa Confederaciones en junio, único título que falta en nuestras vitrinas.
¡Vamos España! ¡Podemos!

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